Este 23 de junio cumple 50 años la ley Título IX, que modificó la estructura deportiva en Estados Unidos y puso en igualdad de posibilidades la competencia tanto para varones como para mujeres. «Me dio la oportunidad de jugar fútbol en la universidad y obtener una beca», señaló Megan Rapinoe, una de las capitanas y estrella de la selección estadounidense. El legado de esta ley, lo que posibilitó y lo que aún falta, en esta nota.
Megan Rapinoe es una referenta tanto dentro como fuera de las canchas. Una jugadora talentosa, exitosa, pero también comprometida con las causas sociales: la equidad salarial, la visibilidad lésbica y en contra de todo lo que representaba Donald Trump, a quien se enfrentó en más de una oportunidad cuando el magnate era presidente de Estados Unidos. Hasta le reprochó a la AFA que las camisetas de la Selección Argentina no tenían los apellidos de las futbolistas en un amistoso que ambos equipos disputaron en 2020.
Ahora, en una entrevista con la revista Times, Rapinoe habla sobre el histórico acuerdo de igualdad salarial, el aniversario de Título IX y las prohibiciones a deportistas trans.
La selección femenina de Estados Unidos consigue la igualdad salarial
Una ley de fomento
La ley Título IX, sancionada el 23 de junio 1972, es una legislación federal que prohíbe la discriminación basada en el sexo en cualquier escuela o programa educativo que reciba fondos del gobierno de Estados Unidos. Aunque esta ley no mencionaba explícita y particularmente los deportes, es conocida por su impacto positivo en el desarrollo de las atletas y las disciplinas femeninas.
El aniversario de oro ofrece la oportunidad para reconocer los avances de los deportes femeninos, como el convenio colectivo pionero acordado el 18 de mayo por la Federación de Fútbol de los Estados Unidos, la Asociación de Jugadoras del Equipo Nacional Femenino de los Estados Unidos y la Asociación de Jugadores del Equipo Nacional de Fútbol de los Estados Unidos, que crea una verdadera equidad salarial en este deporte.
Jugadoras como Megan Rapinoe, quien junto a Alex Morgan fue la máxima goleadora de Estados Unidos en el Mundial de Francia 2019, había abogado durante mucho tiempo por la igualdad salarial, llegando tan lejos como para demandar ese mismo año a su empleador, la US Soccer, en un caso de discriminación de género.
Si bien las atletas femeninas han disfrutado de grandes logros, las desigualdades persisten. La revista TIME se reunió con Rapinoe para analizar cómo se puede mejorar el Título IX, las lecciones de liderazgo que surgieron de la lucha por la igualdad salarial y la importancia de la inclusión de personas trans en los deportes.
-¿Qué significa Título IX para vos?
-Título IX me dio la oportunidad de jugar al fútbol en la universidad y obtener una beca. Creo que ni siquiera supe de su valor hasta que llegué a la universidad, o un poco después. No estaba en mi conciencia. Eso es lo asombroso de mi generación, no teníamos que pensar en eso, simplemente estaba allí para nosotras. Pero quitando el aspecto de élite, ¿cuántas mujeres pueden ir a la universidad y practicar un deporte? ¿Ir a la universidad y obtener una beca y no cargar con una deuda estudiantil? ¿Cuál es el impacto de eso en el lugar de trabajo y el liderazgo intelectual en los negocios y en todos los aspectos de la vida? Múltiples generaciones de mujeres, por primera vez, podemos tener estas oportunidades y salir de los roles extremadamente restrictivos que se nos habían asignado durante tanto tiempo. Así que el impacto es inconmensurable. Creo que no solo en este país, sino en todo el mundo. Fue una ley transformadora.
-¿Cuáles crees que han sido las deficiencias de esta ley y cómo las solucionamos?
-Creo que los agujeros probablemente reflejan los agujeros en la sociedad. Estoy segura de que hay un punto ciego racial, un punto ciego LGBTQ, un punto ciego de inmigrantes. Título IX también ha sido acusada de no contemplar la agresión sexual y la violación en los campus universitarios. Sabemos que eso continúa siendo desenfrenado y no se informa; e incluso cuando se informa, es muy difícil hacer algo.
-Vos y más de 500 atletas femeninas firmaron un escrito en apoyo a Roe vs. Wade (sobre la legalización del aborto en Estados Unidos): allí argumentaba que ese fallo era esencial para la efectividad del Título IX, ya que la elección (de abortar o no) ofrecía a muchas mujeres la oportunidad de practicar deportes. ¿Es una especie de cruel ironía que en el 50 aniversario del Título IX, Roe vs. Wade puede ser anulada?
-Completamente. Creo que es aterrador, para ser honesta. No creo que el Partido Republicano se detenga ante nada, por eso es absolutamente necesario que estemos atentos. Es realmente triste que 50 años después de Título IX, y tan lejos de Roe vs. Wade, estemos discutiendo no solo una ley establecida, sino un deseo establecido y una progresión que la mayoría del país realmente quiere. Esta no es la voluntad de la mayoría del pueblo, de ninguna manera.
-¿Hacia dónde crees que va el deporte femenino en los próximos 50 años?
–Soy, por naturaleza, enormemente optimista. Creo que ya estamos viendo un montón de cosas: el éxito de nuestro equipo en lo deportivo y con la equidad salarial, la WNBA, el progreso realmente se está afianzando. Y no es solo porque, claro, es lo correcto y lo más inteligente que se puede hacer, sino también por su ROI (sigla en inglés para «Retorno Sobre la Inversión»). Una de las trampas en las que es muy fácil caer para los deportes femeninos es tratar de reflejar e imitar todo lo que ha hecho el deporte masculino, y no creo que ese sea el objetivo. No tenemos que usar todo lo que ha hecho el deporte masculino porque, francamente, no todo ha funcionado. Deberíamos utilizar el beneficio de la retrospectiva, y entender qué es bueno tomar y dónde podemos innovar, dónde podemos avanzar. No creo que mi imaginación pueda siquiera capturar lo que es posible con los deportes femeninos en los próximos 50 años.
-¿Dónde puede innovar el deporte femenino?
–Algo que vemos en los deportes femeninos es esa especie de corte transversal entre los deportes y hacer el bien para cambiar el mundo. Cuando pensamos, no solo en Estados Unidos, sino en otros lugares del mundo, las naciones en desarrollo, ¿cómo podemos usar los deportes para estimular la educación y la igualdad? Los deportes femeninos tienen una ventaja: si bien es un modelo comercial muy exitoso, podemos usar los deportes para cambiar el mundo de muchas maneras.
-Justo antes de este 50 aniversario del Título IX, US Soccer, el equipo nacional femenino y el equipo nacional masculino acordaron asegurar la verdadera igualdad salarial. ¿Qué lecciones de liderazgo aprendiste durante la prolongada lucha por la igualdad salarial?
-Aprendí que solo porque eres el «líder», y creo que esto aplica en los negocios o si eres el director ejecutivo o el capitán o lo que sea, no creas que lo sabes todo. Probablemente tenés un talento muy especial, y tal vez un talento que es más glorificado en la sociedad, no necesariamente más importante, y tal vez por eso estás en la cima. Pero los mejores líderes saben delegar y saben, no sólo sacar lo mejor de sí mismos, sino tratar de sacar lo mejor de los demás. Permitir que las personas tengan espacio para ser ellas mismas y traer su talento especial a la mesa es lo más importante.
-¿Te preocupa que la US Soccer cumpla la promesa de la igualdad salarial CBA? Has estado luchando contra la federación durante tanto tiempo que sería natural ser escéptica.
-No puedo guardar rencores, la verdad. No es así como se avanza. Al contrario de lo que la gente piensa, no soy tan combativa, no me gusta el conflicto. Eso consume mucha energía y mucho tiempo, y no es el objetivo, prefiero seguir creciendo. Este es el primer día no solo de un nuevo contrato que significa mucho para todas nosotras, sino que es una nueva relación. Y eso requiere que ambas partes se presenten con una mente abierta y un corazón abierto para construir eso juntos, para que podamos salir adelante porque hubo mucha discordia y dolor. Lo que siempre he dicho sobre esta relación es que estamos perdiendo el tiempo y el dinero, ellos y nosotras. Entonces ¿por qué no hacemos esto juntos de una manera justa y equitativa? Sí, tendrán que pagar mucho más dinero que antes, pero todos ganaremos más dinero por ello. Todos haremos crecer el deporte de una manera mucho más saludable y vibrante de lo que lo haríamos si simplemente continuáramos luchando.
-¿Cuál crees que es la mayor deficiencia que has tenido como líder y cómo has tratado de trabajar en eso?
-No siempre soy tan reflexiva y analítica como debería ser. A veces quiero escabullirme de la incomodidad, y así tomar decisiones rápidas, cuando es mejor quedarse quieta. Elegir los momentos adecuados para dar esos golpes creo que es un crecimiento.
-¿Qué lecciones de liderazgo aprendiste durante la Copa del Mundo 2019 cuando, mientras intentabas llevar al equipo al título, el entonces presidente de los Estados Unidos te atacó en Twitter?
–No fue una situación cómoda, pero no creo que Trump sea una persona seria; yo era una de las muchas mujeres que perseguía. En un momento ya era como una broma dentro del equipo, me decían «el maldito presidente te está tuiteando, ¿qué demonios?» y yo decía «lo sé, esto es una locura». Tuvimos que tener esa capacidad de disociar que el presidente de los Estados Unidos estaba hostigando a una ciudadana propia y jugadora que está tratando de ganar la Copa del Mundo, tuve que poder cargar con mucho de eso yo misma. Esto podría destrozar equipos, podría terminar por completo con las posibilidades en una Copa del Mundo. Así que creo que esa capacidad de hacer una especie de broma permitió que el equipo esté relajado. Y se sentía como un deber ganar la Copa del Mundo, más allá de todo lo que estaba pasando teníamos que reírnos, teníamos que celebrar nuestros goles. Creo que todas hicimos un muy buen trabajo al preparar al equipo y protegerlo de lo que no necesitaba enfrentar.
-¿Cuál ha sido el mayor desafío como defensora de los derechos LGBTQ?
-Una vez que lo descubrí, dije: esto es increíble. Soy gay y toda mi vida tiene sentido ahora. Durante mucho tiempo yo fui la única jugadora que estaba fuera del clóset. Y fue un desafío ser la única vocera y asegurarme de dar el ejemplo correcto, decir las cosas correctas, ya sea que se trate del matrimonio homosexual o de temas difíciles como la inclusión de personas trans en los deportes. No solo hablo por mí, hablo por mucha gente.
-Mencionaste la inclusión de personas transgénero en los deportes, que es un tema candente en este momento ya que muchos estados han aprobado proyectos de ley que prohíben o limitan su participación en los deportes. ¿Qué opinas sobre este tema?
–Estoy 100% a favor de la inclusión trans. Creo que la gente no sabe mucho al respecto, nos falta mucha educación. Francamente creo que lo que mucha gente sabe son las versiones de la derecha, porque tienen discursos muy ruidosos. Al más alto nivel hay regulación, en los deportes universitarios también existe una regulación, no es como si fuera un juego de todos contra todos donde todos están haciendo cualquier cosa. Y creo que la gente también necesita entender que el deporte no es lo más importante en la vida, la vida es lo más importante en la vida. Y gran parte de este argumento de inclusión trans se ha puesto a través de la lente extremadamente pequeña de los deportes de élite. Esa no es la forma en que debemos enmarcar esta pregunta. Estamos hablando de niños, estamos hablando de la vida de las personas, estamos hablando de todo el gobierno estatal atacando a un niño en algunos estados. Se están suicidando porque les dicen que son asquerosos, diferentes, malvados y pecadores y que no pueden practicar deportes con sus amigos con los que crecieron. Por no hablar de intentar quitarle la atención sanitaria, creo que es monstruoso. Alentaría a todos los que temen que alguien tenga una ventaja injusta sobre su hijo a que realmente den un paso atrás y piensen de qué estamos hablando realmente aquí. Estamos hablando de la vida de las personas. Lo siento, el equipo de voleibol de la escuela secundaria de su hijo no es tan importante. No es más importante que la vida de cualquier niño».
Respecto de esa supuesta ventaja deportiva de las personas trans en las diversas disciplinas, Rapinoe señala: «Muéstrame la evidencia de que las mujeres trans se están quedando con todas las becas, que están dominando en todos los deportes, que están ganando todos los títulos. Lo siento, simplemente no está sucediendo. Así que tenemos que empezar desde la inclusión, punto. Y a medida que surjan las cosas, tengo confianza en que podemos resolverlo. Pero no podemos empezar al revés, eso es cruel y, francamente, es repugnante. Por lo tanto, debemos dar un paso atrás y controlar de qué estamos hablando aquí porque la vida de las personas está en riesgo, las vidas de los niños están en riesgo con las tasas de suicidio, las tasas de depresión, la salud mental y el abuso de drogas».
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