Rubiales hay en todos lados

   

España salió campeona mundo por primera vez en su historia pero la foto del momento no es la de las jugadoras con la Copa, sino la del polémico beso del presidente de la Federación a Jenni Hermoso. Un hecho histórico empañado por el machismo, una mujer más que no es libre ni siquiera de festejar. 

Por Brenda Panizza

A todas algunas vez nos pasó que un compañerito en la escuela nos «robe» un beso o que un pesado en el boliche nos encaje un pico. En televisión solemos ver a las movileras gambeteando como Messi a los muchachos que intentan besarlas delante de las cámaras para que todos sus amigos los vean y los feliciten por tan «heroica» acción. Hay otras situaciones que escalan a un grado mayor y son los superiores, jefes o los propios familiares, los que nos besan o tocan sin nuestro consentimiento.

No hay mujer que esté exenta. No importa si somos menores o mayores de edad, rubias, morochas o coloradas, si somos cis, lesbianas o trans, si estamos trabajando o si estamos en tiempo de ocio, ni siquiera importa si acabas de consagrarte campeona del mundo cuando la persona que tenes enfrente te ve como algo de su propiedad o como un objeto en cual depositar su carga. 

Esa fue la situación por la que tuvo que atravesar Jenni Hermoso, futbolista de la Selección de España campeona del Mundial de Australia – Nueva Zelanda. 

Luego del triunfo ante Inglaterra, y en la tradicional entrega de medallas, Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol, abrazó a la jugadora, le dijo unas palabras, la tomó del rostro y le dio un beso en la boca, ante los ojos de todo el mundo y con total impunidad. 

Rápidamente esa escena se volvió viral y comenzaron las preguntas: ¿hay un vínculo?, ¿fue consentido?, ¿eso es abuso?, ¿cómo fue la reacción de Jenni?, ¿Rubiales suele hacer esto con otras jugadoras?, ¿lo hace sentir protagonista o más poderoso?

La dudas comenzaron a despejarse minutos más tarde cuando en una transmisión en vivo de Instagram, desde la cuenta de Hermoso, fue la propia jugadora la que dejó en claro que no hay un vínculo, que no hubo consentimiento y que la tomó por sorpresa dejándola sin chances de reaccionar. «¿Pero qué hago yo? No me ha gustado eh», dijo en medio de los festejos. 

#PolémicaRubiales | "No me ha gustado, eh. Pero, ¿qué hago yo? Mírame a mí": la reacción de la futbolista española Jenni Hermoso delata que no hubo consentimiento en el beso de Luis Rubiales pic.twitter.com/XLKmV83Ret

— Espacio Andaluz (@EspacioAndaluz) August 20, 2023

Por su parte, Rubiales, en diálogo con la cadena radial Cope, dio una extraña justificación sobre el beso a Jenni: «No hagamos caso a los idiotas. Fue un pico entre dos amigos celebrando algo… no estamos para gilipolleces». 

No quiero pecar de conservadora ni cuestionar vínculos, pero si tenemos «amigos/colegas/compañeros» que sienten la necesidad de tocarnos o besarnos sin que se lo pidamos para «celebrar» algo, tan amigo no es. Quizás esté abusando de nuestra confianza o de su posición para tomar ventaja sobre nosotras. 

Ante el repudio generalizado y la trascendencia que tomó este hecho, Rubiales se vio obligado a realizar un pedido de disculpas público y, según informaron los medios españoles, le rogó a Jenni que participara con él en el vídeo, pero ella se negó. 

Le pidió al DT Jorge Vilda, al resto de las jugadoras e incluso a los familiares de la futbolista que intercedieran y trataran de convencerla. Pero no tuvo éxito. 

Jenni eligió romper el silencio a través del sindicato Futpro y su agencia de representación TMJ con un comunicado donde expresa su «firme y rotunda condena ante conductas que atenten contra la dignidad de las mujeres», y solicita «a la Real Federación Española de Fútbol que implemente los protocolos necesarios».

Este comunicado contrasta con las palabras que la propia Federación atribuyó a Hermoso horas después de los hechos, y que el medio Relevo aseguró que no eran suyas, sino que habían sido redactadas por el organismo presidido por Rubiales.

En aquella nota difundida a la agencia EFE, la RFEF ponía en boca de la jugadora lo siguiente: «Ha sido un gesto mutuo totalmente espontáneo por la alegría inmensa que da ganar un Mundial. El presi y yo tenemos una gran relación, su comportamiento con todas nosotras ha sido de diez y fue un gesto natural de cariño y agradecimiento. No se puede dar más vueltas a un gesto de amistad y gratitud, hemos ganado un Mundial y no vamos a desviarnos de lo importante». Algo que quedó demostrado que era falso. 

Luego de este hecho bochornoso que inició y protagonizó Rubiales, habrá consecuencias, ya que en las últimas horas el presidente del Consejo Superior de Deportes del Gobierno español, Víctor Francos, aseguró que tomará medidas contra el presidente de la Federación Española de Fútbol si el organismo futbolístico no lo hace, por lo que podría ser inhabilitado. Los próximos días serán claves para definir la sanción que le corresponde.

En definitiva, es preocupante la cantidad de Rubiales con los que todavía convivimos. Cuando vemos mujeres poderosas presidiendo países, gobernando ciudades, dirigiendo clubes, deportistas consagrándose campeonas del mundo y llenando estadios, artistas rompiendo récords, periodistas y guionistas contando nuestra visión del mundo, y sobre todo cuando vemos niñas creciendo con menos limitaciones y prejuicios, creemos -por lo menos las más optimistas- que algo cambiamos en la sociedad y que podemos relacionarnos con nuestros pares en un ámbito de respeto e igualdad.

Sin embargo, hay personas -principalmente varones- que aún nos complican la tarea de vivir tranquilas, de disfrutar de nuestros espacios y logros, de sentirnos seguras y respetadas.